No. no lo soy. 
No soy fuerte. 
A veces lo parece. 
Pero no. Porque una chorrada (o no tan chorrada) puede hacer que me venga abajo.
Entonces aparecen ellas. Aunque no quiera. Aunque me niegue. Una película cristalina se forma delante de mis ojos. Y me enfado. E intento no pestañear. Pero al final, caen. Implacables. Duelen. Queman. Parecen que abren surcos en mis mejillas. Y se estampan silenciosas, aunque yo puedo las puedo oír. Me gritan cosas que no me gustan. Y entonces empiezo a llorar. Sin parar. 

La presión de estos días me está matando. Lentamente.
+1

Claudia P.

  • Image
  • Image
  • Image
  • Image
  • Image
    Comenta con Blogger
    Comenta con Facebook

2 trocitos de felicidad:

  1. Ahora no te puedes venir abajo...si ya no te queda nada!!!

    Estas cosas requieren tiempo y sabes que hay días malos...pero que no decaiga el empeño por un día malo!

    Tu puedes!

    ResponderEliminar
  2. Inma, la verdad q llorar purga :)

    Toni, días malos, es lo q hay, ya lo sabes. Ayer fue un día malo, y hoy ha estado bastante mejor :)

    ResponderEliminar