La búsqueda de la luna perdida

Una preciosa noche de mayo una dama vestida de azul, acompañada de un caballero, paseaban por la aldea. Las gentes del lugar ya se habían retirado de las calles y la soledad adornaba las esquinas.

Fue entonces cuando un rayo de luna se depositó en un pequeño puesto de la plaza de dicha aldea. Curiosos se acercaron a ver de cerca esa maravilla y dos preciosos pendientes en forma de luna, descansaban sobre una tela azul oscura. Los ojos de la dama adquirieron el color de la plata y con mucha delicadeza, el joven retiro los pendientes que ella llevaba, para cambiarlos por las lunas. Esos pendientes se han convertido en los preferidos de la chica y sólo pueden llevarse en determinadas ocasiones.

Fue la noche del viernes anterior, cuando la chica se puso por segunda vez dichos pendientes, y a mitad de noche se dio cuenta de que uno de los pendientes no colgaba de su oreja. Con la tristeza reflejada en los ojos y buscando desesperada, tuvo que admitir después de una hora que no iba a recuperar su preciosa luna de plata. Pero al día siguiente, decidida a no perder su luna por nada del mundo, regresó acompañada del joven y por obra de la magia encontró la luna, algo magulladita, pero su luna al fin y al cabo. Una sonrisa llena de felicidad apareció en la cara de la dama y ambas lunas se han encontrado de nuevo. El destino no quería que se separasen. El destino quería que esas lunas de plata estuvieran con la dama azul. Gracias.

Julio empieza con buen pie

Julio empieza con buen pie
Quién me lo iba a decir, llevo 2 años preparando mis oposiciones, agobiándome mogollón (especialmente estos últimos meses) y ya he terminado. He tenido la suerte de estar de las primeras de mi tribunal y en una semana he hecho el examen escrito y la parte oral. Yo he salido bastante contenta, al menos mejor que la primera vez, que gracias a mis queridos nervios olvidé alguna que otra cosilla que contar. Espero subir nota y poder trabajar este año. Lo de sacar plaza es algo así como imposible, porque éramos unas 1800 personas para 62 plazas (hablo de magisterio infantil, que somos un montón) y por muy buena nota que saque no tengo puntos de experiencia, que en el fondo es lo que más vale. La verdad que la cosa no está muy bien montada, pero no queda otra que aguantar lo que nos echen.

Así pues comienza julio, seguiré trabajando de 8 de la mañana a 3 de la tarde con mis 150 niños diarios (más o menos), pero las tardes serán para hacer cualquier cosa que no sea estudiar: pondré al día mis cosas de casa, leeré, me iré a investigar cosillas nuevas con la cámara (tengo un proyectillo en mente), podré volver a jugar a la wii (que la pobre yo creo que tiene hasta polvo y probablemente las pilas de los mandos se hayan gastado), estaré ratitos sin nada que hacer, iré a comprarme cosillas que necesito, podré volver a tener vida social, volveré a escribir (pronto tendréis por aquí una nueva "puerta" que leer) y no sé qué más!!!

El caso, que estoy contenta porque por fín voy a poder disfrutar un poquito del verano, y a ver si me pongo un poco morenita que parezco un folio, jajaja.
¿Por qué no pueden poner el aire acondicionado en un tren a una temperatura moderada a las 11 de la noche?
Quién me iba a decir a mí que iba a venir de viaje un 1 de julio congelada y con chaqueta...