Vuelvo a sentirlo de nuevo y no me gusta. Es como si tuviera un mal bicho pegado a mi nuca que me hace saber que algo malo está a punto de pasar, es un recuerdo que no quiero volver a sentir...

"Sólo hay algo que tiene el poder de cambiar la vida de una persona: el amor.
¿Y qué nos puede empujar o no a cumplir esas promesas? Por ejemplo jurar amor eterno, romper con el pasado o creer en el futuro".
"Un libro abierto es un cerebro que habla; cerrado, un amigo que espera; olvidado, un alma que espera; destruido, un corazón que llora"

Proverbio hindú.

Precioso, la verdad. Y bajo mi punto de vista, proverbio que también puede aplicarse a las personas.

In my Mailbox 10

Hace días que no os hago recomendaciones literarias, y no es por no leer, sino que he esperado a tener unos cuantos títulos variados para poder estar un poquito más cerca de todos.

Primero, Moccia. Ya leí hace un año A tres metros sobre el cielo y Tengo ganas de tí. La historia de Step y Babi estuvo bien, aunque me costó un poquito al principio engancharme, pero al final te emocionan los momentos mágicos de la pareja. Ahora he leído Perdona si te llamo amor y Perdona pero quiero casarme contigo. Sin lugar a dudas me quedo con estos últimos. Preciosa historia de amor que hay que leer si te gusta el tema romántico. Aiss, como ya dije hace no mucho quiero un Alessandro Belli en mi vida...


Tema de vampiros. Tengo por acabar otra saga, de L. J. Smith. Consta de 5 volúmenes: Despertar, Conflicto, Furia, Invocación y Damon, el retorno. La verdad que como libros de vampiros he leído mejores y algunas veces la manera de contar las cosas es algo extraña para mi gusto, pero al final la historia de los personajes me terminó enganchando y ahora estoy con el último libro porque quiero saber qué les pasa a los protagonistas y ver cómo acaba todo.


Y por último un nuevo ejemplar de Harlan Coben, que nos regala un nuevo rato de intriga: El inocente. Libro muy bueno, no sabría exactamente cómo definirlo, sólo decir que el pasado siempre vuelve y todo sale a la luz al final. Se cuenta la historia de Matt Hunter, un exconvicto que ha rehecho su vida, está felizmente casado y espera un hijo. Todo parece ir bien, hasta que empieza a recibir fotos y llamadas de un desconocido y de repente se ve envuelto en un caso de asesinato. Vuelvo a repetir que se trata de un libro muy bueno.


Seguiré leyendo y ya os iré contando.

Contrariedades de la vida 5

Contrariedades de la vida 5
Un picor en la espalda justo en ese punto en el que no llegas a rascarte... La de poses y bailes extraños que adquirimos y nunca se consigue acabar con el maldito picor.

Lo mejor, tener a alquien al lado al que pedir auxilio, y entonces a ver cómo os aclaráis para acertar en el lugar exacto: no no, un poquito más arriba, no taaaanto, más abajo, ahora un poquito más a la derecha, un poquito más, ahí, ahííííííí...

El último mono

El último mono
O la persona que menos importa, la única en la que nadie ha pensado, de la que nadie se acuerda, la que no tiene autoridad ni nada... Telita con la expresión. Siempre me ha hecho gracia, pero no gusta sentirse como tal.

Hoy ha sido un día agotador, debido a la faena que tenemos que hacer a marchas forzadas porque se acaba el tiempo y encima esta noche he dormido poquísimo. Vamos que mi humor no ha sido muy bueno que digamos... (he llegado a gruñirle a mi pobre madre por arreglarme el cajón de los calcetines, que la mujer lo ha hecho con toda su buena intención porque se me había caído uno por detrás y no se podía cerrar bien, y yo voy y le gruño, menuda hija...).

El caso, que tenía el día cruzado y cualquier mínima cosa entonces aun te cabrea más, lógicamente. Así que sentirme como el último mono ha sido el remate. Debo de parecer tonta o algo por un estilo (ya me lo dicen, de tan buena soy tonta) y lo que me pasa es que todo el mundo se cree con derecho a tenerme ahí para contarme penas, escuchar, ayudar, pedir consejo, dar faena... para que luego nadie se acuerde de mí en las cosas buenas, dejándome como la última cosa del día. No es justo. Yo también tengo mis días malos, mis momentos de bajón en que quiero sentirme arropada y quiero tener a alguien con quien contar para lo que sea en cualquier momento. No me gusta ser el último mono.

Moccia, Meyer... Os odio!!!!

Lo primero aclarar el título: os odio desde el cariño. Puede resultar contradictorio pero es que gracias a vuestros libros me he enamorado de un tipo de persona que no existe. Y sino que alguien me diga dónde se esconden los Edward Cullen o los Alessandro Belli!!

La saga crepúsculo me tiene enganchada, no lo puedo evitar. Es uno de esos libros que aunque lo haya leído me lo vuelvo a leer (no sólo releer, no, me lo vuelvo a "estudiar" de cabo a rabo). Vale que me gusta la fantasía y primeramente me llamó la atención la historia de vampiros. Viendo que eran unos vampiritos un tanto especiales y que se parecían muy poquito a lo que yo conocía, tengo que decir que a mí lo que me gustó fue la historia de amor, como a la mayoría (hay gente que no soporta la fantasía y han caído en las garras de la escritora). Edward Cullen es un tío que no existe y no por ser vampiro precisamente. ¿A quién le han compuesto una nana expresamente para ella? ¿Qué tío se queda toda la noche mirando cómo duermes? ¿Quién está pendiente de tí y tiene tantísimos detalles tan mágicos contigo? Vale que a lo mejor tanto es demasiado, pero yo que soy una enamorada y romántica empedernida, leo estas cosas y suspiro como una pava, y claro, luego pasa lo que pasa, que me pego unos morrazos de flipar.

Alessandro Belli, otro que tal baila. Viajes sorpresa como regalo de cumpleaños, que para ser sorpresa ni siquiera te avisa y te deja marchar al día siguiente para darte tiempo a preparar la maleta. No, te lleva de golpe y porrazo al aeropuerto y te da una maleta con cosas que ha comprado para tí. Y muchas cosas más que no voy a contar porque hay gente que seguro que no se ha leído la saga de Moccia y prefiero que las descubran por sí mismas.

Podeís decirme que son demasiado y que salga de mi nube, pero yo quiero un tío así: que haga cada momento único, que de la importancia necesaria a las cosas, que yo sea lo más importante y me lo haga notar, que no sea todo palabras sino hechos, que sepa valorar los pequeños detalles...

No me hace falta algo tan exagerado pero claro, una lee lo que lee y se emociona!

Contrariedades de la vida 4

Contrariedades de la vida 4
Y es que no le puedo a la lluvia, mira que no me ha hecho nada, pero no me gusta y punto. Y si encima por su culpa, las baldosas me gastan malas pasadas...

¿A quién no le ha pasado alguna vez eso de ir por la calle, pisar una de esas baldositas que se mueve y acabar con la pierna perdida de agua de un color indefinido?

Pequeños placeres de la vida 8

Pequeños placeres de la vida 8
Llega el veranito y el calor, y algo que me gusta mucho de esta época es dormir con la ventana abierta. Escuchar los ruidos de la calle (aunque a veces también se oyen los coches y camiones de la carretera), la gente que pasa y habla de sus cosas, las ranas del río... me relaja mucho.

Y cuando ya empieza a correr la típica brisa mañanera taparse con las sábanas, pero esas que están super finitas de tantos años de uso y que son como una caricia.
"Piensa en que ésta es la única vida que podemos compartir".

Frase que leí o escuché una vez hace tiempo y que me pareció preciosa, cuánto sentimiento recogido en una sola frase. La de momentos que se pierden por no estar, simplemente por elegir no estar con la otra persona. Porque por muchos momentos que existan, cada hora, cada minuto y cada segundo son únicos e irrepetibles.

24

24
Hace ya 24 años que empecé a darle murga a mi madre.

Primero fueron unas "inocentes" patadas en la tripa de madrugada (ya desde antes de nacer marcando esa tendencia que tanto me caracteriza, soy ave nocturna). Luego vinieron los meses sin dormir (desde un 3 de junio hasta un 31 de diciembre no dormí unas cuantas horas seguidas, aunque tampoco fueron muchas en realidad, y eso le costó a mi padre algún que otro disgusto con una llave inglesa en el trabajo...). Tampoco puedo olvidar lo mala comedora que he sido siempre (mi madre siempre me recuerda que de niña no me gustaban las patatas fritas y que me las camuflaba entre la tortilla francesa, pero que pícara de mí, me tragaba la tortilla y escupía la patata). También di la brasa para tener un tato porque quería alguien con quien poder jugar (y al final me dejaron hija única y me tuve que conformar con mis primas). Pero también tengo cosas buenas, dicen que soy muy cariñosa por ejemplo.

El caso, que ya hace 24 años que voy dando mal por este mundo y he tenido de todo en mi camino: disgustos académicos, rabietas y enfados con amigos, amor y desamor, buena gente que aún me acompaña en mi andadura por la vida, gente que se ha quedado en el recuerdo, buenos ratos que no se olvidan, trabajo y esfuerzo por conseguir hacer de provecho, lloros de alegría (poquitos) y de tristeza (de estos tengo para dar, vender y regalar), risas, muchas risas, sueños, pesadillas, momentos en los que no se ve la luz... en fin, de todo.

Así pues dejo atrás los 23, que han pasado sin pena ni gloria en realidad, incluso casi con más pena que otra cosa, por eso espero que este nuevo número venga de la mano de alguna alegría más, que últimamente hacen un poquito de falta.