Y es que no sé cómo sentirme.
Me explico: el viernes finalizó mi contrato de trabajo después de todo el verano currando y madrugando. La mayoría de la gente se alegraría de disfrutar por fin de las vacaciones (y la verdad que no está nada mal tener unos días para mí y dormir un poquito más) pero es que he disfrutado muchísimo trabajando rodeada de críos y con un equipo de monitoras la mar de majas. Me ha dado mucha pena terminar porque ha sido un trabajo divertido y muy gratificante.
Había días en que me levantaba de mala leche y con la hora pegada al culo, pero en cuanto llegaba al curro y empezaban a llegar los niños, se me pasaba todo. Había momentos en los que me paraba a pensar y no podía ni creerme que me estuvieran pagando por divertirme. Después de esta experiencia puedo decir que sé a ciencia cierta que no he equivocado mi carrera universitaria.
Este verano he sido pirata, egipcia, flamenca, reina blanca, romana, india, he hecho mil y un talleres, he curado cientos de heridas y he recogido lágrimas, he recibido miles de abrazos, tengo dibujos para empapelar mi habitación entera, he cantado con un micrófono en la mano (y eso que a mí hablar en público me aterroriza), he bailado como una loca... y muchas más cosas, pero ante todo he aprendido.
Por todo eso no sé cómo sentirme, si contenta de disfrutar de unas merecidas vacaciones, o triste por cerrar esta pequeña etapa de mi vida y volver a la cola del paro...
Me explico: el viernes finalizó mi contrato de trabajo después de todo el verano currando y madrugando. La mayoría de la gente se alegraría de disfrutar por fin de las vacaciones (y la verdad que no está nada mal tener unos días para mí y dormir un poquito más) pero es que he disfrutado muchísimo trabajando rodeada de críos y con un equipo de monitoras la mar de majas. Me ha dado mucha pena terminar porque ha sido un trabajo divertido y muy gratificante.
Había días en que me levantaba de mala leche y con la hora pegada al culo, pero en cuanto llegaba al curro y empezaban a llegar los niños, se me pasaba todo. Había momentos en los que me paraba a pensar y no podía ni creerme que me estuvieran pagando por divertirme. Después de esta experiencia puedo decir que sé a ciencia cierta que no he equivocado mi carrera universitaria.
Este verano he sido pirata, egipcia, flamenca, reina blanca, romana, india, he hecho mil y un talleres, he curado cientos de heridas y he recogido lágrimas, he recibido miles de abrazos, tengo dibujos para empapelar mi habitación entera, he cantado con un micrófono en la mano (y eso que a mí hablar en público me aterroriza), he bailado como una loca... y muchas más cosas, pero ante todo he aprendido.
Por todo eso no sé cómo sentirme, si contenta de disfrutar de unas merecidas vacaciones, o triste por cerrar esta pequeña etapa de mi vida y volver a la cola del paro...
¿sabes? acabo de encontrarme en este post... hace unos meses estaba en algo así... cuánta pena dejar atrás lo que tanto te gusta. Al final, el trabajo son muchas horas al día y si no te gusta, acabas por amargarte en todos los sentidos. Pero a pesar de ello, ánimo... a veces, cuando menos te lo esperas, vuelve a surgir la oportunidad. Hay que recordarlo con cariño, como ellos lo harían. MUA
ResponderEliminarDe aqui poco estaré igual que tu, en la mismita situacion, con niños y todo.
ResponderEliminarGracias por los ánimos chicas, se agradece mogollón q la gente se detenga a leer y comentar mis desvarios :)
ResponderEliminarY tng noticias! probablemente me embarque en un mini-proyecto en breve, tb rodeada de niños y q tng muchas ganas de q salga bn :)
un beso a las 2!
Piensa que ha sido una experiencia gratificante que podrás guardar en un bolsillito de tu corazón junto con todo lo que aún te queda por vivir.
ResponderEliminarMientras, disfruta de tus merecidas vacaciones.
Besitos dulces.
Una experiencia q siempre estará guardada, q razón tienes Hadaluna!
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