Roma. Día 3

7 de la mañana. Suena el despertador. Hoy queremos ir al Coliseo, pero no tenemos entradas, así que madrugamos porque si veo una cola kilométrica, sé que me voy a desesperar. Hoy nuestro puti-apartamento no lo parece tanto. Estamos frente al río, y la humedad hace que una densa niebla no deje pasar ni un triste rayo de sol.

Antes de las 9 ya estamos en el Coliseo. Nada más salir del metro me quedó alucinada, porque tengo un monumento precioso y gigantesco ante mis propias narices (creo que aún no me había hecho a la idea de que estaba en Roma). Al haber madrugado, no hay apenas cola (maravilloso) y en diez minutos estamos dentro. Continuamos con el Foro Romano, precioso también. Es alucinante cómo se conservan algunas cosas después de tantos años. Creo que solo en esta mañana hago como unas 100 fotos. Estoy disfrutando como nunca. Ésta es la parte que más me gusta de Roma, sin duda.

Hoy comemos pasta y luego vamos a Plaza Venecia. Vamos en busca de la Loba capitolina (bueno, de su réplica, que la original está dentro de un museo) y la verdad que me quedo un poco chasqueada porque la esperaba algo más grande. Continuamos hacia el Circo Massimo y hacemos una parada en la Boca de la verdad. Cruzamos el río viendo la Isola Tiberina y terminamos la tarde en el Trastevere. Era el momento de una crep, y mientras estábamos mirando un pequeño restaurante oímos nuestro nombre. ¿Quién nos conoce en Roma? Pues nada menos que coincidimos con nuestros amigos mexicanos, y acabamos tomando algo con ellos. 

Cuando quisimos regresar a nuestro apartamento, vimos que estábamos bastante lejos del centro, pero no nos preocupó, ya que creíamos que encontraríamos el metro enseguida, o en su defecto una parada de bus. Pues ni una cosa, ni otra. Pateamos Roma y nos desesperamos, y el día que más pronto pensábamos llegar, fue el día que más tarde llegamos. Al llegar, una ducha (casi me muero del asco cuando del desagüe me salieron varios bichos muertos), preparamos maletas, ya que esa era nuestra última noche (sí, ha sido un viaje relámpago) y pusimos el despertador. Nos teníamos que levantar a las 3:30 de la mañana porque nuestro vuelo salía a las 7:15, y a las 5:30 teníamos que coger un bus de enlace y ya hemos comprobado que el transporte por la noche es una mierda.


Solo queda el desenlace de este viaje, que puso la guinda a esta aventura.


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Claudia P.

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2 trocitos de felicidad:

  1. Qué envidia me das, Roma tiene que ser espectacular, bueno Italia en general.

    Besos.

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    1. No sabes las ganas que tenía de ir! fue un viaje frustrado hace unos años y en cuanto se ha presentado la oportunidad tenía que ir. Y la verdad que he venido enamorada, seguramente repetiré. Y ampliaré con Florencia y Venecia :)
      mua*

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