Y sin proponérmelo hoy he recordado esos cuentos que escribía cuando era una criaja.
Muchos eran deberes del colegio, donde te pedían que inventaras una historieta sobre cualquier cosa, cualquier excusa valía.
Pero, en verano, cuando mi madre no podía poner pegas de que no había tiempo, le pedía que me dejara su máquina de escribir.
Mira que no sabía mecanografiar como es debido (bueno, y en realidad ahora tampoco, pero ya no voy "apretando" teclas con un solo dedo, que aunque no sean los correctos empleo varios y con algo de rapidez, incluso sin mirar, algo bueno tiene que tener tanto trabajo en la universidad), pero me encantaba eso de tocar una tecla y que la letra en cuestión quedara impresa en el folio. Y eso de que llegaras al final de la línea y se oyera un "pin" que indicaba que o le dabas a la palanquita, o te quedabas sin folio. Me encantaba. Lo malo era que no había tecla que borrara los errores, y mis cuentos tienen mogollón de letras super oscuras, porque me dedicaba a ponerla una y otra vez después de haberme equivocado.
El caso, que por ahí deben estar mis cuentos. Recuerdo uno de miedo sobre un poblado fantasma (en aquella época leía mucho de aquellos libritos tan famosos de la colección "Pesadillas"), otro de un cocinero que se hacía millonario, otro acerca de una familia de negritos (ojo con mi imaginación, que los rasgos de la madre negrita era rubia y con los ojos azules!), otro de un gnomo de un bosque que llevaba el gorrito siempre muy abajo y no se le veían los ojos... Porque además de escribirlos, luego hacía dibujos de los protagonistas y les ponía tapa y todo. El gnomo en cuestión, a parte de no ver nada, tenía un pedazo de bigote enorme (se llamaba Bigotín) y del gorrito le colgaba un cascabel.
También recuerdo haber escrito mi autobiografía (cuenta tú que biografía puedes escribir con 10 años) empezando con la frase: "Un 2 de junio de madrugada unas patadas y un dolor espantoso llevaron a mi madre al hospital. Tras una larga noche, nacía yo al día siguiente." (o algo similar, sé que lo del 2 junio si que estaba por algún lado).
En fin, que me he puesto a recordar y esto es lo que ha salido.
Muchos eran deberes del colegio, donde te pedían que inventaras una historieta sobre cualquier cosa, cualquier excusa valía.
Pero, en verano, cuando mi madre no podía poner pegas de que no había tiempo, le pedía que me dejara su máquina de escribir.
Mira que no sabía mecanografiar como es debido (bueno, y en realidad ahora tampoco, pero ya no voy "apretando" teclas con un solo dedo, que aunque no sean los correctos empleo varios y con algo de rapidez, incluso sin mirar, algo bueno tiene que tener tanto trabajo en la universidad), pero me encantaba eso de tocar una tecla y que la letra en cuestión quedara impresa en el folio. Y eso de que llegaras al final de la línea y se oyera un "pin" que indicaba que o le dabas a la palanquita, o te quedabas sin folio. Me encantaba. Lo malo era que no había tecla que borrara los errores, y mis cuentos tienen mogollón de letras super oscuras, porque me dedicaba a ponerla una y otra vez después de haberme equivocado.
El caso, que por ahí deben estar mis cuentos. Recuerdo uno de miedo sobre un poblado fantasma (en aquella época leía mucho de aquellos libritos tan famosos de la colección "Pesadillas"), otro de un cocinero que se hacía millonario, otro acerca de una familia de negritos (ojo con mi imaginación, que los rasgos de la madre negrita era rubia y con los ojos azules!), otro de un gnomo de un bosque que llevaba el gorrito siempre muy abajo y no se le veían los ojos... Porque además de escribirlos, luego hacía dibujos de los protagonistas y les ponía tapa y todo. El gnomo en cuestión, a parte de no ver nada, tenía un pedazo de bigote enorme (se llamaba Bigotín) y del gorrito le colgaba un cascabel.
También recuerdo haber escrito mi autobiografía (cuenta tú que biografía puedes escribir con 10 años) empezando con la frase: "Un 2 de junio de madrugada unas patadas y un dolor espantoso llevaron a mi madre al hospital. Tras una larga noche, nacía yo al día siguiente." (o algo similar, sé que lo del 2 junio si que estaba por algún lado).
En fin, que me he puesto a recordar y esto es lo que ha salido.
pos yo de peke me acuerdo de que en mis ratos libres pintaba (mu mal) y hacia punto de cruz!!!! que hice mi letra super maja!! y anda que no me costo ni nada!!!
ResponderEliminaryo pintar tb pintaba mucho (y lo sigo haciendo) pero más xq fuera un rato libre, era xq me apetecía, sentía necesidad de plasmar los relatillos q se pasaban x mi cabeza en papel.
ResponderEliminarel punto de cruz es una de mis asignaturas pendientes
¿donde estara mi maquina de escribir? (bueno, de mi padre, pero ya me la adjudico pa mi pa siempre) anda que no me pasaba yo horas yo tambien dandole a la tecla...
ResponderEliminarLôrena
Uooo, yo también mecanografiaba en la máquina de escribir de mi madre. Pero en vez de cuentos yo escribía tratados de fauna. Todavía guardo unas cuantas fichas que escribí con 9 años!!! y por detrás del foli, en grande dibujaba y intaba al animal en cuestión y sus huellas.
ResponderEliminarAnda que no han pasado años desde aquellso escritos hasta mis últimos trabajos sobre animales y plantas. Eso sí, la ilusión sigue siendo la misma! hehe
Elodhir