Esa misma noche, alguien
desordenó toda su habitación.
Los ojos de los niños pueden ver cosas que los adultos no podemos
Y restos de lágrimas en las
mejillas delataban su pena. Primero fue Eva, su profesora, la que lo castigó. Él
sabía que no podía hurgar en ese cajón pero es que en verdad no estaba
hurgando. Marian entonces se burló de él porque lo hicieron salir el último. Luego
mamá le echó un rapapolvo porque la señorita lo había castigado. Pero ninguna supo
lo que vio, no le creerían. Un duende se había metido en el cajón y lo estaba
desordenando todo. Por suerte, él lo asustó. Los mayores dicen que no existen
pero él está seguro de que no lo imaginó.
Ains, me encanta tanto la inocencia de los niños...que viviría siempre entre ellos :)
ResponderEliminarA mi tb. Creo q una de las cosas q me hizo decidirme por mi profesión es precisamente esa inocencia :)
ResponderEliminarOh , ¿eres profesora? ¿O estudias para ello? . Que casualidad tan estupenda :)
EliminarSoy profe LuzdeLuna, de infantil concretamente. Por suerte llevo 2 años en un cole y no puedo estar más contenta en ese aspecto de mi vida :)
ResponderEliminarPor lo q dices de la casualidad, deduzco q tú tb eres profe, o me equivoco?
Casi más bien. Aún me quedan dos años para ser oficialmente profesora de Infantil. Pero estoy contentísima y ese fue uno de los motivos por los que me encontré en tus palabras.
ResponderEliminarQue genial entonces :)
Si aún estudiando estás contentísima, ya verás cnd estés dentro de un aula. Es genial :)
ResponderEliminarMe alegra encontrarme con gente del gremio, jeje. Mucho ánimo con la carrera :)
Echo de menos la inocencia de la infancia. Es una entrada muy bonita, de verdad. Pero como siempre Ojizarka, como siempre :)
ResponderEliminarMuchas gracias por comentarme siempre, es todo un placer.
Un abrazo.
Luna Plateada
Yo tb la echo de menos aunque creo q aún guardo un poco :)
ResponderEliminarGracias a ti x venir por este rinconcito Luna.
Un bso!