- No sé - murmura Manuela compungida. Juraría que llevaba
las gafas en el bolso – aseguraba mientras
volvía a mirar: la cartera, pañuelos, llaves, móvil, unos caramelos y la
agenda. Ni rastro de las gafas. Soy gafe - dijo deprimida. Ahora tendré que
volver a comprarme otras y graduarlas. Con lo que me gustaban esas… - pensó en
voz alta mientras pensaba en lo que diría su marido.
Si se hubiera dado la vuelta en
ese instante hubiera visto a una niña bajita con unas gafas de sol que le
quedaban grandes. Una niña de manos rápidas que siempre ha querido ser igual
que Manuela.
Qué pilla ^^
ResponderEliminarPrimero imaginé la historia, luego encontré la foto. Le va q ni pintada con esa carita :P
ResponderEliminarMe ha gustado mucho la historia!
ResponderEliminarSiempre hay veces que encontramos las cosas en el último sitio donde miraríamos o incluso, nunca pensaríamos encontrarlas donde finalmente las vemos!
Un besote!2m2
Sweety! has vuelto!! gracias por volver a este rinconcito :)
ResponderEliminarUn besote!