27 de marzo

Hace un año, el teléfono nos arrancaba de la cama antes de las 7 de la mañana. Hay días que ni con 2 despertadores soy capaz de moverme. Sin embargo esa mañana, salté con el primer timbrazo. Algo no iba bien. Fue llegar al hospital y caernos la jarra de agua fría. La sensación fue angustiosa: no podía moverme porque mis piernas se habían convertido en gelatina, hacía frío a pesar de ser un día primaveral realmente bueno y parecía que me faltaba el aire aunque podía seguir respirando. Llegamos tarde, ya te habías marchado. 

Yo que iba dispuesta a quejarme de que la noche anterior me dieras un panecillo sin sal. Me quedé sin poder ver como tus ojos se entrecerraban mientras te reías por tu pequeña broma. Me quedé sin escuchar tu ingeniosa respuesta, porque seguro que lo habría sido. Me quedé sin oír tu risa una última vez. Y me quedé sin ponerle palabras a tantas cosas que tendría que haber dicho. Te echo tanto de menos que no hay nada más que añadir.


Hoy, un año más tarde, el teléfono no ha sonado, pero a la hora exacta de la llamada del año pasado, yo me he despertado. Completamente. He mirado el reloj y lo he comprendido: siempre estarás conmigo. Y una solitaria lágrima ha caído por mi mejilla. 
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Claudia P.

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8 trocitos de felicidad:

  1. Te envio un abrazo gigante, de esos que estrujan. ¿Lo sientes? :)

    El texto es precioso... Y por eso mismo no sé exactamente que decirte. Me siento muy pequeñita ante él. Pero el abrazo que te envío dice mucho más. Todo eso que me has hecho sentir con esas palabras. Siempre he pensado que los abrazos dicen más que las palabras.

    Otro achuchón.

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  2. Sabes? me has sacado una sonrisa, ese abrazo me ha llegado :)
    Gracias. Otro achuchón para ti, yo tb soy de las q piensan q los abrazos dicen mucho más q las palabras

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  3. permanecemos vivos mientras alguien nos recuerda

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  4. Tus blogs son muy interesantes. ES curioso, verdad, como nos apegamos a la temporalidad con los recuerdos. Saludos.

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  5. Parece una historia tan bonita como triste. Es toda una casualidad despertarse a la misma hora... ¿es como si el cerebro se aferrase a ese recuerdo y quiera revivirlo otra vez? Sea como sea, es curioso. Y espero que estés bien :)

    Me paso por aquí aprovechando el tiempo que me dan las vacaciones de Semana Santa. Un abrazo =)

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  6. Es una historia real Natalia, la parte triste y la bonita. La primera vez q me desperté a esa fatídica hora, fue un mes después de q ocurriera. Ya no me había vuelto a pasar hasta el otro día, justo cnd hacía el año. Me alegra ver q vuelves a visitarme :)
    un beso!

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