Una mirada hace años.
Una mirada que se retomó unos pocos años después y que dio lugar a un tierno beso.
Una mirada que no se repitió en mucho tiempo.
Una mirada que el pasado mes de julio se convirtió en un profundo abrazo y una petición de vernos pronto. Y así fue.
Casualidades de la vida, fuiste el primero que vi al llegar, y casualidades de la vida que justo entonces levantaras la vista hacia mí. Dos besos de rigor en la mejilla y una pequeña charla con poca sustancia. Cada uno disfrutamos del día a nuestra manera: tú hablando, yo haciendo fotos, tú saliendo a tomar el aire, yo bailando.
Casualidades de la vida, te tocó cenar a mi lado. Hablamos y bromeamos, cogías comida de mi plato y te metías conmigo. Y yo me reía. Después desapareciste. Y yo no me preocupé: seguí hablando y bailando y riendo. Llegó el momento de marchar y regresaste. No sé cuándo ni cómo, si fue casualidad o si lo tenías planeado, pero caminando hacia el hotel, pusiste tu chaqueta sobre mis hombros y me abrazaste. Y yo no sólo me dejé abrazar, sino que te abracé también. Y cuando llegamos al hotel y nuestras miradas volvieron a cruzarse, lo supimos. Sabíamos que iba a pasar y nos dejamos llevar.
Nos despedimos a la mañana siguiente con una sonrisa, un beso en los labios y una promesa.
*Continuará
Es todo muy bonito :P
ResponderEliminarPintaba todo muy bonito, la verdad... Lo que pasa que no todo termina como nos gustaría...
ResponderEliminarUy, ese continuará no me termina de gustar... pero por ahora, que te quiten lo bailao.
ResponderEliminarBesos!!
A mí tampoco me gusta ese continuará...
EliminarEnvidia me acabas de dar! jajaja
ResponderEliminarNo tanta al final, ya verás :P
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