De corazón a corazón

*Aclaración: esta historia no es mía, pero llegó en un momento necesario y no quiero perderla de vista, así que la comparto aquí :)


Un día un hombre joven se situó en el centro de un poblado y proclamó que él poseía el corazón más excelso de la comarca. Una gran multitud se congregó a su alrededor y todos admiraron y confirmaron que su corazón era perfecto, pues ne se observaban en él rasguños. Sí, coincidieron todos que era el corazón más hermoso que hubieran visto.
Al verse admirado, el joven se sintió más orgulloso aún y con mayor fervor aseguró poseer el corazón más hermoso de ese vasto lugar.
De pronto un anciano se acercó y dijo:
- ¿Por qué dices eso si tu corazón no es ni tan aproximado hermoso como el mío?
Sorprendidos, la multitud y el joven miraron el corazón del viejo y vieron que si bien latía vigorosamente, éste estaba cubierto de cicatrices y hasta había zonas donde faltaban trozos que habían sido reemplazados por otros que no ecajaban perfectamente en el lugar pues se veían bordes y aristas irregulares en derredor. Es más, había lugares con huecos donde faltaban trozos profundos.
La mirada de la gente se sobrecogió: "¿cómo puede él decir que su corazón es más hermoso?", pensaron... El joven contempló el corazón del anciano y al ver su estado desgarbado, se echó a reir:
- Debes estar bromeando - dijo - Compara tu corazón con el mío. El mío es perfecto, en cambio el tuyo es un conjunto de cicatrices y dolor.
- Es cierto - dijo el anciano - Tu corazón luce perfecto, pero yo jamás me involucraría contigo... cada cicatriz que tengo, representa a una persona a la cual entregué todo mi corazón. Arranqué trozos de mi corazón para entregárselos a cada uno de aquellos que he amado. Muchos a su vez, me han obsequiado un pedazo del suyo que he colocado en el lugar que quedó abierto. Como las piezas no eran iguales, quedaron los bordes por los cuales me alegro, porque al poseerlos me recuerdan el amor que hemos compartido. Hubo oportunidades en las cuales entregué un trozo de mi corazón a alguien pero esa persona no me ofreció un poco del suyo a cambio. De ahí quedaron los huecos. Pero a pesar del dolor que esas heridas me producen al haber quedado abiertas me recuerdan que los sigo amando y alimentan la esperanza de que algún día tal vez regresen y llenen el vacío que han dejado en mi corazón. ¿comprendes ahora lo que es verdaderamente hermoso? - concluyó el anciano.
El joven permaneció en silencio, lágrimas corrían por sus mejillas. Acercándose al anciano, arrancó un pedazo de su hermoso y joven corazón y se lo entregó. El viejo lo tomó y colocó en el suyo. Hizo lo mismo con su corazón maltrecho y se lo entregó. Con la pieza del corazón del joven tapó el hueco que había dejado y se amoldó pero no a la perfección. Al no haber sido idénticos, se notaban los bordes. El joven miró su corazón que ya no era perfecto pero lucía mucho más hermoso que antes, porque el amor del anciano fluía en su interior.
- Desde aquí puedo ver lo hermoso que es tu corazón - le dijo.
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Claudia P.

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